Breaking the Stigma of Addiction in Hispanic Communities

By
Cristina Rabadán-Diehl
Cristina Rabadán-Diehl, her husband, and their two sons on vacation

 

(La version en espanol esta abajo.)
 

What I like most about us Hispanics is our diversity and culture richness. Although we come from different countries and cultural backgrounds, the majority of us speak Spanish and share similar values when it comes to family and social norms. We are proud of who we are and where we come from. When we meet for the first time, we gravitate towards each other, speaking in Spanish, and a sense of solidary and camaraderie is quickly established.

So many things unite us, including our perception of drug addiction and substance use disorders (SUD). Those are topics we don’t talk much about. Our lack of understanding very often makes us be judgmental and ashamed. The majority of us don’t know that it is a disease and when a loved one has an addiction problem, we tend to either minimize it or we give up, because we believe that recovery is impossible.

Recently, the Substance Abuse and Mental Health Services Administration (SAMHSA) released a very important study called “The Opioid Crisis and the Hispanic/Latino Population: An Urgent Issue”. As I read the report, I could feel an alarm inside of me going off.

Although Hispanics in 2017 accounted for lower death rates than other groups, Hispanics had the highest heroin use when compared to Non-Hispanic Whites and African Americans, especially in 8th graders. I close my eyes and I imagine thousands of 13- and 14-year-olds walking the hallways of our schools being at risk, because exposure to drugs at a young age increases the chances of developing addiction. In a few years, the number of young Hispanics addicted to heroin and other drugs could skyrocket, and so would the deaths.

The reasons are complex, but what it is clear is that those of us involved in advocacy need to develop culturally appropriate public awareness messages in Spanish and work with schools, community-based and faith-based organizations to address the needs of this growing and vibrant community.

As we celebrate Hispanic Heritage month, let’s celebrate our accomplishments, but also let us unite as we raise our voices to break the stigma and offer hope.

Cristina is a Maryland resident and Shatterproof Ambassador. She lost her son Jonathan to substance use disorder in 2019.

 


 

Lo que más me gusta de nosotros los hispanos es nuestra diversidad y riqueza cultural. Aunque venimos de diferentes paises y transfondos culturales, la mayoría de nosotros hablamos español y compartimos valores similares en cuanto se refiere a la familia y normas sociales. Nos sentimos orgullosos de quienes somos y de donde venimos. Cuando nos encontramos por primera vez, gravitamos los unos hacia los otros, hablando español, y rápidamente se establece un sentimiento de camaradería y solidaridad.

Nos unen muchas cosas, incluso nuestra percepción de la adicción a drogas y los trastornos de uso de sustancias. Esos son temas de los que no hablamos mucho. Nuestra falta de entendimiento sobre el tema con frecuencia hace que seamos muy críticos y nos avergoncemos. La mayoría de nosotros no sabe que es una enfermedad y cuando un ser querido tiene un problema de adicción tendemos o bien a minimizar la situación o nos rendimos, porque creemos que el recuperarse de eso es imposible.

Recientemente, la Administración de Abuso de Sustancias y Servicios de Salud Mental (SAMHSA, por sus siglas en inglés) publicó un importante estudio titulado “La Crisis de Opiaceos y la Población Hispana/Latina: Un Tema Urgente”. Según leo el informe, siento saltar una alarma dentro de mí.

Aunque en el 2017 la tasa de mortalidad en hispanos era más baja que en otros grupos, el uso de heroína era el más alto en hispanos comparados con blancos no-hispanos y afro-americanos, sobre todo entre jóvenes de octavo grado. Cierro los ojos e imagino miles de jóvenes de 13 y 14 años, caminando por los pasillos de nuestras escuelas con un alto riesgo, porque el estar expuesto a drogas en edades tempranas aumenta la posibilidad de desarrollar adicción. En unos cuantos años, el número de hispanos adictos a la heroína y otras drogas podría dispararse, y así mismo, las muertes.

Los motivos son complejos, pero lo que está claro es que aquellos que estamos involucrados en temas de abogacía y apoyo, necesitamos desarrollar mensajes de c concientización pública en español, que sean apropiados culturalmente y trabajar con las escuelas y las organizaciones comunitarias y de fé para abordar las necesidades de esta comunidad vibrante y en crecimiento..

Mientras celebramos el mes de la Herencia Hispana, celebremos nuestros logros, pero también unámonos y levantemos nuestras voces para romper el estigma de la adicción y ofrecer esperanza.

 

Cristina reside en Maryland y es Embajadora de Shatterproof. Perdió a su hijo Jonathan de un trastorno de uso de sustancias en el 2019.

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